Visiones de un viaje sin destino ni final, rumbo Este tierra y mar, un mundo por conocer. Un buen día salí desde Madrid, y de momento sigo andando, hasta donde llegue...



jueves, 24 de marzo de 2016

X. Por el camino de Rila

Mi próximo destino será Bulgaria, en este viaje a ningún este que pretende volver a ver el mar, otro mar y el mismo mar, en las costas del Mar Negro, pero para eso queda todavía.



 Antes apunto a otro monasterio, también ortodoxo, también emblemático, pero búlgaro, sólo, porque la ortodoxia sí entiende de fronteras, que me espera no muy lejos de la que debo atravesar, pero no será fácil de alcanzar. 


Monasterio de Rila
Efectivamente el Monasterio de Rila se esconde entre las montañas del mismo nombre, techo de la escarpada Bulgaria, protección nevada y blanco decorado, mística natural. Una larga jornada de transición me devuelve a Macedonia desde Kosovo, y me empaqueta hacia Bulgaria, Kyustendil parada y fonda, ya cayó la noche. 

Dos mashrutkas para la nueva jornada, Dupnitsa primero y Rila después, y podré enlazar con la tercera y definitiva proveniente de Sofía, correspondencia con ¡Colmenar! 
Bosque de Rila
España viaja en primavera, y en este caos cirílico en el que la p se hizo erre y la ene se invirtió, qué agradable volver al latinajo de corte serrano, Pedriza transportada. Con Carlos y Daniel, viaje fraternal, Semana Santa bulgaresa, llego por fin a mi destino, ensalada multicolor, un algo castellano, esa madera, esos tejados, posada quijotesca en mi imaginario. Yo me quedo, ellos se van, paseo por los bosques ya solitarios y vuelvo al monasterio, que se cierra con la luz. El monje me dio la llave y haré noche monacal, paz eterna, tiempo de oración, silencio sepulcral que sólo el río se atreve a desbaratar, qué día es hoy, o mejor, qué siglo es, no viví nada igual. 


Anochece de Rila
Y ahora para Sofía, el viaje debe continuar. Volvemos al presente, no lejos del pasado. La mashrutka por Vitosha, sierra de Sofía, ¡y se pone a nevar! Pie a tierra, y a buscar, la estación no es la esperada, sigo a los orientales, parecen avezados, cruce de calle, y me preguntan qué tranvía tomar... 




Vigilia por los atentados de Bruselas

La noche homenajea a los mártires de hoy, Bulgaria con Bruselas, tú hoy, yo mañana, Dios no lo quiera. Y qué frío, ¡pardiez! La primavera macedonia mutó a invierno, y no me agrada el retroceso. 


Pero el tiempo se detuvo en una partida de ajedrez, Roma en los sótanos, media luna en la entreplanta, y en lo alto la estrella, roja, que no es fácil de olvidar, aunque ya no está. 



Plaza de los Jardines de Sofía

Iglesia Sveta Petka Samardzhiiska

Ocultaron aquella iglesia, patrimonio universal, no corrían tiempos de libertad. Y hoy la Duma centro comercial, dónde hemos ido a parar. 


Y una estatua, Sofía, que no es la que debía, santa, que no pagana, error monumental, poco importa ya. Nos queda la catedral, de Alexander, Nevsky, 
Palacio Presidencial (antigua Duma). Sofía
ni paisano ni forastero, Mr. Marshall medieval, pero qué más da, venció al turco y eso ya nos vale. 

Primero ella, luego el, nos enseñan lo que es, y lo que fue. Y saltamos al futuro con un superviviente, diez años costaba, era para siempre, y aqui sigue, vejez dorada, paseando turistas mientras me aguante la chapa.  



Otra vez, savia, nueva, en esta agradable ciudad, alegría por contagiar, ganas de construir, guías del pasado, dueños del futuro, Bulgaria les espera.
Antiguo Trabant, y guía local

Guía local