Entre 1900 y 1915 más de un millón y medio de los entre dos y medio y tres millones de armenios existentes murió a manos de los turcos, de los Jóvenes Turcos. Turquía alega la naturaleza sangrienta de una guerra, la Mundial, como excusa expiatoria, y una previa rebelión de la población armenia en lo que fue Armenia una vez y luego Imperio Turco, como principal desencadenante... de los asesinatos y deportaciones en masa.
Eso cuentan los armenios, pero también la prensa del momento. Difícil no creer cuando se leen los artículos de aquellos escritores y periodistas, europeos y americanos, incluso alemanes, luego cómplices en el silencio, denunciando la barbarie y pidiendo la intervención de las potencias de la época, más o menos las de ahora. Y más difícil de asumir, cuando se observa lo que fue la Armenia occidental, hasta finales del XIX y pincipios del siglo XX, y lo que fue poco después, territorio turco sin excepción, cero armenios en el suelo, iglesias que ya son piedras, ni dixán lava más blanco.
Pero a día de hoy Turquía no reconoce, y ojito a quién lo haga... Así que EEUU no lo va a hacer, y mucho menos España, que Ginebra sin dinero no vale la Convención, y Armenia de eso no tiene, y encima pocos y pequeños. Y por supuesto el Ararat, dentro de Turquía, Lenin, Wilson y Ataturk dibujando en el mapa.
Cartel del ballet Espartaco. Yerevan |
Y ahora las cercanías, plagadas de monasterios, como todo el país en realidad. Primero será Gherhard, en esa tierra descarnada, siempre en un entorno en el que lucen sobremanera. De paso otro templo, más antiguo aún sí cabe, de lo poco griego que quedó, aunque sea reconstruido.
Monasterio de Gherhard. Cerca de Yerevan |
Interior del Monasterio de Gherhard |
Mañana lo descubro, el facebook le delata, actor de la BBC, lo único que no habló, pero ahora ya entiendo, acento y verborrea, simpático personaje.
Templo de Garni. Alrededores de Yerevan |
Plaza de la Ópera. Yerevan |
Difícil no hermanar, aunque Armenia no sea sin mácula, que Azerbaiján también se queja y quizás con razón, pero al menos reconocer lo que pasaron y lo que fue.
Y para comprender acudo al memorial a la mañana siguiente, antes de George Clooney, que lo hará este domingo. Fotos y documentación, sin ansias de revancha, y un bosque que será, de los que sí lo han entendido, Francia por delante e incluso ya los rusos. El museo es sencillo, pero con letras de sangre.
Memorial del Genocidio. Yerevan |
Leo barbaridades, que seguro muy pocos conocen, imposible no comparar, con aquellas duchas de gas. Aquí fue mucho más fácil, niños en fila india, en varios centenares, una cuerda que une las manos, y un río como final. Salgo a la superficie, me cuesta asimilar, y quizá la mejor muestra, el Ararat justo ahí enfrente, testigo encadenado. Tan alto y tan olvidado, Noé y el Arca allí presos, ¿cuánta gente hoy, sabe lo qué pasó?
Monte Ararat, vista desde Yerevan |
Memorial del Genocidio. Yerevan |