"Pamir Highway" |
La "Pamir Highway" es la vía más famosa, eufemismo del tamaño de los picos que la circundan, una de las carreteras con mayores peligros y escenografía en todo el planeta, y que enlazando con el tramo que une Dushanbe y Khorog, discurre paralela a la frontera con Afganistán surcando los valles de Gunt y de Wakhan más al sur, remonta luego hacia el norte bordeando ahora China, hasta alcanzar el vecino Kirguistán. Este será pues mi camino.
La negociación será larga, más que ninguna hasta ahora. Sin transporte colectivo de ningún tipo,
Stand de todoterrenos para Badakhshán, Dushanbe |
Pero el vehículo merece la espera,
A partir de aquí ya todo cambia, y empieza el festival. Fin de la carretera, comienzo de la pista, que sube y serpentea como buscando escapatoria, el asfalto ahora es tierra, roja y salvaje.
Por si esto fuera poco empieza el desfile de los que vienen al contrario, tropa de camiones del Asia Oriental,
Subidos a la cnueta para que pasen los camiones |
Pasando el puerto cae la tarde y al fondo llega un río que marca el camino, frontera natural, Afganistán del otro lado, todo será en paralelo. Según se va la luz aparecen otras tantas, pero ahora del otro lado, vigilantes en la noche en esta zona tan sensible, sensaciones extrañas mientras miro y no veo.
Aldea de Afganistán |
Desembocadura de torrente en Kalai-Khum |
Kalai-Khum es juvenil, como todo el tercer mundo, futuro inmediato y curiosidad infinita para con el que es muy de afuera, que pueblo arriba pueblo abajo espera algo con ruedas que pase y pueda cargar consigo, y continuar así el camino. Pero pasan las horas en el puente, luego en la plaza y en la avenida principal, y lo poco que asoma no tiene hueco o continuidad, hoy de aquí no salgo.
Y cuando vuelvo a la posada un par de motos en el garaje, ¡matrícula española! Zamora en la carretera, encuentro de primera. Sesenta años que son nada, y la mente es la que manda. Me ofrecen la montura, solidaridad de compatriotas, pero su camino es contrario al mío, apuntando ya hacia España, después de Rusia y Mongolia y un sinfín de carreteras desde que salieran de Castilla, olé a su valentía. Aunque me quedé atrapado en Kalai-Khum, el encuentro lo mereció, mañana será otro día.