Es por ello que en señal de agradecimiento por la hospitalaria acogida y las múltiples facilidades recibidas en su país, dedico este post al fundador de la China moderna y patrón de las no libertades, en homenaje a su gorra y a todos los titiriteros que aún hoy sueñan con extender la mancha de aceite por el globo, tratando de hacer creer que el progreso estaba detrás, algo así como en la Edad Media.
Que viva la ceguera, que viva la censura.
Mao censurado |